-¿Por qué nos tenemos que quitar
los zapatos, mamá?
-Se nada mejor sin ellos.
-¿Y por qué esos hombres nos
apuntan con sus armas?
-Es un juego. Como tú con tus
soldaditos de plomo.
-¿Por qué nos han atado las
manos?
-Para que no te separes nunca de
mí.
-El agua estará muy fría.
-No te preocupes. Nos vamos a
tirar vestidas. Y hay fuentes de agua caliente debajo.
-No sé nadar.
-Flotarás. Déjate llevar por la
corriente.
-¿A dónde nos llevará el agua?
-Al mar, hija. Todos los ríos van
al mar. Y al olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario