martes, 30 de abril de 2019

COLZA










¿Cuánto tiempo tarda es descontaminarse una palabra?

Van a cumplirse 38 años de una tragedia que dejó en España más de mil muertos y varios millares de afectados. El ministro de Sanidad de la época, el catedrático de Óptica y Estructura de la Materia Jesús Sancho Rof, afirmó que la causa de tan misterioso y aniquilador mal era "un bichito tan pequeño que si se cae de la la mesa se mata." La evidencia científica judicialmente establecida determinó que el origen de aquella "neumonía atípica" devastadora se encontraba en la ingesta de partidas de aceite de colza "desnaturalizada".

Desde entonces, escuchar 'colza' equivalía a evocar las terribles secuelas de aquel fraude criminal. Han tenido que pasar muchos años para que la palabra empiece, lentamente, a despojarse de tan  tóxica herencia.  Algunos empiezan a descubrir ahora las bondades de un aceite que, sin adulterar, resulta cardiosaludable. Y  en nuestros campos crece la colza y nos deslumbra  con su vistosa floración amarilla.  

La belleza es buen antídoto y, poco a poco, el esplendor de estos paisajes empieza a limpiar a la palabra y a la planta que designa de su siniestra e injusta reputación.




sábado, 27 de abril de 2019

JORNADA DE REFLEXIÓN











Desconfía de quien dice tener soluciones fáciles para problemas complejos.

Desconfía de quien dice tener soluciones viejas para problemas nuevos.

Desconfía de quien se inventa los problemas para imponer sus soluciones.

Y, sobre todo, desconfía de aquellos que en lugar de echar mano de argumentos, echan mano a la espada para cortar de un tajo el nudo enrevesado de la realidad.

                                                                                                 

                                                                                                                    (A. Cabal)

viernes, 26 de abril de 2019

RETABLO DE SEMANA SANTA




































Un microcosmos en el que la devoción y el rito adquieren todos los matices de la humana flaqueza.

martes, 23 de abril de 2019

DÍA DE LIBROS














No dejaba de llover.
Mal día para vender libros.
Muy buen día para leerlos.

23 de abril. Día del libro.

domingo, 21 de abril de 2019

EL NIÑO LISTO


                                                 (A la manera de Ana Mª Matute en su libro Los niños tontos)

El niño listo sabe muchas cosas, tantas que muchas veces su padre le pregunta cómo funciona esto, cómo funciona lo otro. El niño listo parece que hubiera nacido con un dispositivo en la mano y el libro de instrucciones grabado en su memoria.

Al niño listo no le gusta jugar con la tierra, ni con el agua, ni con las piedras: todo ensucia. Prefiere apretar botones, pasar su delicado dedo sobre la superficie de cristal de una pantalla, tener el mundo en la palma de su mano.

Con su radiotransmisor, pilota un dron por entre los árboles del parque. Como un hábil cetrero, gobierna el vuelo de su pájaro mecánico. Se siente envidiado por los otros niños, los niños sucios, los niños tontos, los que hacen barro con el agua de la fuente y la tierra de los caminos, los que vuelan torpemente en los columpios, los que ni saben dirigir el recorrido de una pelota sobre la hierba.

Pero en un descuido, el dron del niño listo queda enganchado en lo alto de un castaño de Indias como si fuera un pájaro de verdad, un pájaro rebelde al que se le ha antojado posarse para descansar. El niño listo lo mira desconsolado. Eso no está previsto.  Los controles no consiguen hacerlo salir del atolladero. Un niño tonto -la cara sucia de agua y arena- se acerca. Después son más. No entienden la desesperación del niño listo. Para ellos no hay problema. Treparían al árbol. Se abrazarían con las manos y las piernas al tronco como gatos, subirían y rescatarían el aparato. Pero el niño listo no sabe gatear. Ni siquiera se le ocurre que un niño sea capaz de hacer eso sin la ayuda de una máquina.


¡Hay tantas cosas tontas que los niños listos no saben!


jueves, 18 de abril de 2019

PICATOSTA




El día me ha traído una dulce palabra olvidada y con ella la nostalgia de los sabores maternos. En nuestra infancia austera, la Semana Santa era una restricción dentro de la Gran Restricción. Ayuno, abstinencia, imágenes tapadas, campanas silenciadas y sustituidas por carracas, televisión con programas aún más sometidos a una moralidad extrema... 

Y, sin embargo, como en todos los espacios depauperados, florecían entrañables excepciones. La cocina, obligada a prescindir de la carne, buscaba otros consuelos. Uno de ellos, almibarado y jugoso, eran las picatostas. Este vocablo, que no aparece en el diccionario de la Academia, debe de ser de uso dialectal, del occidente astur-leonés, y apenas se utiliza ya, barrido por su hermana la torrija, con la que prácticamente se confunde en su común origen de deliciosa fruta de sartén, un empeño bien logrado de elevar a la categoría de fiesta para el paladar el pan duro, la leche y el huevo. 

Benditas picatostas de nuestra infancia salmantina, perfectas y dulcísimas en el recuerdo, como recién salidas de las manos de nuestra madre.

martes, 16 de abril de 2019

ANCLA









Pasaba muchas veces junto a ese rincón olvidado de la ciudad, un reducido rectángulo de césped en la esquina perdida donde confluían dos calles anodinas. Y con frecuencia -por contraste con la indiferencia general de los viandantes- se paraba un momento a contemplar aquel artefacto de hierro que sirvió para fijar un barco poderoso e impedir que el mar se lo llevara. Posada como un ave de presa sin posibilidad de echar a volar, el ancla -exiliada en aquella ciudad tan de interior- le trasmitía la honda nostalgia de las profundidades marinas pero no acertaba a contarle una historia capaz de justificar un final tan triste, tan fuera de lugar. 


sábado, 13 de abril de 2019

HUELLA



Desde que la huella dactilar es la llave que abre el teléfono móvil    (un cofre con todo nuestro capital y  nuestros secretos: la cuenta bancaria, las compras, la ubicación, las fotos, los mensajes y el correo electrónico, el historial de búsquedas...) en el mundo del hampa ha florecido una nueva y tremebunda especialidad delictiva: los cortadores de dedos.

No cabe la menor duda: vivimos una época completamente digital.

miércoles, 10 de abril de 2019

ESCRITO SOBRE EL AGUA



¿Qué impulso contradictorio lleva a alguien a escribir o pintar sobre la nieve, sobre el agua, sobre el vaho de un espejo empañado, sobre la arena de la playa? Porque es pretender al mismo tiempo duración y caducidad, testimonio y olvido. 

Quizá podría respondernos Keats, con el epitafio sobre su tumba en Roma: Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua. O Jesucristo, de quien no sabemos que nunca escribiera, salvo en una ocasión. En Juan, 8,6, en la conocida escena de la mujer adúltera a la que los fariseos pretenden lapidar, mientras conversa con ellos, se nos dice que escribía con el dedo en la tierra. Una pena que el evangelista no nos transcriba esas palabras, las únicas palabras exactas de alguien cuyo mensaje ha sido reescrito, procesado e interpretado a conveniencia durante tantos siglos.  

                                                                                (Ángel Aguado) 



domingo, 7 de abril de 2019

NIEVE DE ABRIL
















Quería fotografiar un copo de nieve; uno cualquiera, pero solo uno. Como se fotografía a un pájaro, a un árbol, a una persona. Retratar su fugaz aventura en el mundo, única, intransferible. Su viaje desde la nube hasta el suelo -ese suelo tibio de abril que no tendría piedad con él, que lo desharía en cuanto aterrizara-. Ponerle nombre.


Pero no logró su objetivo. Manchas blanquecinas, estelas de cometas sobre un fondo negro, células en un caldo primigenio, nebulosas. Lo confuso, lo informe, lo innominado del ser.

jueves, 4 de abril de 2019

LÁGRIMA LÍGRIMA










Las afinidades que las palabras desarrollan en nuestra mente tienen sus propias leyes misteriosas. ¿Por qué se nos aparecen relacionadas, qué lazos las vinculan en la memoria? Hay una hermosa palabra de uso restringido, dialectal, que me acompaña desde hace muchos años: Lígrimo.  Se emplea en el occidente peninsular del castellano (antiguo territorio del leonés): Salamanca y norte de Cáceres. Procede, según los etimólogos, del latín 'legitimus' y su significado más frecuente es el de 'auténtico', 'puro', 'genuino'. Cada vez que la evoco, esta palabra me remite a mis orígenes, me deja un regusto a tierra natal, a tradiciones. Y, en cuanto me descuido al pronunciarla, por evidentes razones de fonética, surge su compañera: 'Lágrima'. Me esfuerzo por encontrar un contexto en que ambas aparezcan juntas: Lágrima lígrima, bonito sintagma. Sería lo opuesto a lágrima falsa, a lágrima de cocodrilo, algo que parece abundar en este tiempo de frecuente impostura. Y luego, para concluir, necesitaba una foto que ilustrara este casamiento. El azar vino en mi ayuda. Hace una semana la parra empezó a llorar. La savia había empezado a mover, a subir por los tallos y allí donde había un corte producido por la poda -y son muchos, pues es una planta que sufre cada año una buena escabechina- destilaba una gota, una lágrima. Una lágrima auténtica, sin doblez, nacida de esa crueldad paradójica de la primavera -abril es el mes más cruel, sobre todo en estas tierras- y del dolor fantasma del miembro amputado. Ahí está, pues, la lágrima de la parra. El llanto del renacer. Una lágrima lígrima.

lunes, 1 de abril de 2019

LA CIGÜEÑA SÍSIFA



La pobre cigüeña capturada casualmente en la foto ha sido sometida a un programa de animación y ahora avanza y retrocede, eternamente, sin alcanzar jamás su nido.







                                                     (La crueldad de los algoritmos)


                                                         Salamanca. Huerto de Calisto y Melibea.