sábado, 29 de diciembre de 2018

LA SAN SILVESTRE



           El  corredor - él preferiría ser llamado runner-,  supertecnificado -ropa térmica, reloj inteligente con GPS y pulsómetro, zapatillas a la última- está haciendo estiramientos apoyado en un árbol del parque al tiempo que comprueba sus estadísticas. Está en tiempo para correr la San Silvestre y llegar entre el puesto 50º y 100º, calcula. Todo un avance. Un individuo con gorra orejera -las orejeras remangadas-, y zapatos de rejilla se para, lo mira con descaro unos segundos:

                -Mucho corréis vosotros.
                -¿Perdone? -responde acezando.
                -Más ando yo.
                -¿Qué?
                -Muchos días me voy andando a Suellacabras y a Los Rábanos.
                -Ya.
                - Campo a través. Un día me pararon los guardias.
                -¡Vaya!
                -No sé pa qué corréis tanto. Yo sí que ando -y se va.

                El reloj inteligente mide los latidos irregulares del  runner y no sabe cómo interpretarlos. No está programado para gestionar el desconcierto.

jueves, 27 de diciembre de 2018

AGUJERO NEGRO






En este tronco caído
que ha conseguido hacer de su ruina 
paisaje y territorio,
el agujero negro de la podredumbre
es hogar para la araña
del Tiempo. 

domingo, 23 de diciembre de 2018

ACEBO








Cuelgo esta rama de acebo,
cuajada de frutos rojos, 
en la puerta recién abierta del invierno
para atraer a la casa de todos
la visita de la alegría.




jueves, 20 de diciembre de 2018

LA PLACA









El turista parpadeó, incrédulo, temiendo haber sido víctima de una alucinación visual, quizá de una regresión temporal a los años cuarenta del pasado siglo. Pero no era epiléptico, no había consumido psicotrópicos y no tenía razón para dudar de sus sentidos. Por si acaso, disparó su cámara. Y así quedó registrado el fenómeno.

En la muy docta ciudad de Salamanca -800 años de Universidad a sus espaldas-, donde se supone que se rinde culto a la Verdad, la Diputación Provincial -que representa a todos los ciudadanos de la provincia- mantiene en el buen estado que puede comprobarse - tanto que uno diría que la lápida es reciente- este recordatorio de que en el antiguo palacio episcopal  residió  el "Caudillo" y desde aquí dirigió "nuestra cruzada". Ni siquiera las comillas nos salvan de la indignación.

¿En nombre de quién la Diputación considera "caudillo" a un militar rebelde contra el régimen que debía defender? ¿En nombre de quién y con qué derecho utiliza el posesivo "nuestra"? ¿"Nuestra" de quién? Y para rematar, sobre un edificio que fue de uso eclesiástico, se permite la bellaquería de considerar "Cruzada" a una sangrienta guerra de exterminio contra quien pensaba y sentía distinto. ¿Quién redactó esta frase que condensa una visión tan siniestra, tan sectaria de nuestra historia? ¿Cómo nadie ha reparado semejante desafuero?

El turista, hombre poco dado a extremismos, que no se niega a que queden rastros públicos de los trances más amargos de nuestro pasado común con tal de que no signifiquen homenaje a los liberticidas, no cabe en sí de rabia y no comprende cómo tan evidente santificación de la barbarie puede conservarse hasta hoy. Propone, por ello, una redacción alternativa, aséptica, factual, como de historiador británico: "Desde este palacio episcopal el general Franco dirigió la guerra contra la 2ª República española". Quede el análisis de estos hechos a la libre conciencia de quien la lea. Y guárdese la placa actual en algún museo provinciano, en la sección dedicada a la infamia, con una explicación sobre el poder tergiversador de las palabras.

martes, 18 de diciembre de 2018

EL SOL DE LA FAROLA







Para el castaño
es la farola sol,
luz regalada
que hace la noche día,
que dilata su otoño.

lunes, 17 de diciembre de 2018

APLICACIÓN


                                                      Resultado de imagen de places I've pooped




          He vivido lo bastante para asistir a la curiosa aventura de algunas palabras, a su desplazamiento significativo, a su olvido, a su resurrección. La historia de la lengua me ha puesto ante los ojos episodios de esa lucha universal por la vida que alcanza hasta al territorio aparentemente inerte del diccionario. 'Aplicación' es uno de esos términos que disfruta de una nueva vida, subida a la ola de la tecnología y favorecida por su "falsa amistad" con el inglés.

            Guardo aún algunas hojitas de calificaciones en tamaño octavilla de mis años de bachillerato elemental. Además de las notas de cada una de las asignaturas correspondientes a cada curso, precediéndolas, se valoraban también tres aspectos referentes a la conducta: Disciplina, Aplicación y Urbanidad. Una santísima trinidad que servía para sancionar asuntos tan diversos como la rebeldía ante la autoridad, la actitud apática en las clases o las faltas en el aseo personal o los modales en la mesa. No sé cuál de las tres se consideraría hoy más obsoleta y más improcedente según las actuales tendencias pedagógicas.

            Para los adolescentes de hoy y para la mayoría de los usuarios del español, 'aplicación' ha dejado de referirse  al interés y esfuerzo que los alumnos muestran por aprender y ha pasado a designar cualquiera de esa multitud de programas informáticos que sirven para realizar infinidad de tareas. Los móviles están plagados de aplicaciones, algunas de ellas muy útiles y prácticas; otras muchas perfectamente prescindibles, cuando no idiotas. Los hay que las coleccionan con tanta avidez que se ha llegado a hablar de un nuevo síndrome de Diógenes digital que afectaría a todos aquellos que acumulan este tipo de programas, que son incapaces de deshacerse de ellos aunque no tengan intención de usarlos nunca.

            Hay aplicaciones de lo más disparatado y uno se las encuentra en cuanto rebusca un poco. Hay una aplicación para aprender a besar, otra que te permite trazar un mapa escatológico -para compartir con tus contactos- no de los lugares propicios al amor donde has tenido un encuentro amoroso, sino de los lugares en los que una necesidad imperiosa te ha obligado a descomer -que diría el maestro Quevedo- o a 'exonerar el vientre' -que diría un académico decimonónico-. Puedes atreverte a que te predigan la fecha de tu muerte, a que rastreen los fantasmas que hay a tu alrededor, a hacerle vudú virtual a tu ex. Si te aburres te puedes entretener explotando en la pantalla burbujitas como las del papel de embalaje o bebiendo la jarra de cerveza con su espuma que la pantalla de tu móvil simula ser. Y hay también una aplicación para eliminar las aplicaciones que, pasado un tiempo, no has utilizado.

            Llegará un día en que no sabremos hacer nada sin la correspondiente aplicación o el correspondiente tutorial. Digo aplicación pero debería decir app que es la forma acortada de la palabra (una apócope, según la terminología lingüística) que casi todo el mundo usa. Y, al hilo de lo dicho, dos inocentes juegos y un ruego con esta palabra protagonista de nuestro Palabrario de hoy:

                  1. La gente se aplica cada vez más a las aplicaciones.

            2. App es una palabra appocopada.

           3. Señores académicos, por favor, dejen de aconsejar utilizar 'apli' en lugar de app. Es preferible el barbarismo a la cursilería: "Me he descargado la apli del Candy Crash para no aburrirme en los plenos del Congreso" (pronunciado con acento de Málaga, mejor).

viernes, 14 de diciembre de 2018

ESTO BASTA











El mundo ante los ojos,
tan pleno de sí mismo,
tan sin centro. La luz
que se complace en cada espejo:
la luz de la mañana.
No hay aquí ni allí,
ni antes ni después.
En vilo siempre ser.
El agua detenida en la clepsidra.
Un silencio de nieve. No lo dudes:
Ha llegado la hora
de la celebración.

martes, 11 de diciembre de 2018

EL HUMOR DEL GENERAL




                El sentido del humor del general era proverbial.  Todo el mundo lo tenía por un cachondo.  Es verdad que en su oficio no había demasiadas ocasiones de demostrarlo salvo en las sobremesas con sus conmilitones, cuando empezaba a disparar chistes de grueso calibre y no sabía en qué momento parar.

                - Alto el fuego, por favor, Campano. Nos duelen las tripas de tanto reír.

           Al estallar la guerra parecía habérsele agriado el carácter. La guerra y el humor resultan escasamente compatibles -si acaso el humor negro-. Pero nuestro general encontró una solución a su connatural propensión a la broma. Mandó bombardear la ciudad -ya casi reducida a escombros por una larga campaña de asedio- con gas hilarante. Sus escasos, famélicos y alucinados habitantes se morían de la risa. Él también.


sábado, 8 de diciembre de 2018

UBI BENE...






En la casa de campo de un afamado escritor -allá, en Tierras Altas- esta lápida con una inscripción latina atribuida a Cicerón (Ubi bene, ibi patria: Donde uno se encuentra bien, allí está su patria) recibe al curioso viajero. Parece una frase sabia y alejada de cualquier grandilocuencia patriótica, que mal se corresponde con las simpatías políticas expresadas últimamente por el propietario, quien siempre -hasta sus últimas veleidades ultramontanas- había hecho alarde de apátrida, ácrata bohemio, viajero trotamundos y pecador en todos los idiomas conocidos.

Si uno se fija bien, una mano traviesa o quizá el desgaste burlón del tiempo han borrado parte del trazo de la B y la han convertido en una P.  Ubi pene, ibi patria. No parece que al escritor -siempre preocupado por el vigor de la masculinidad hasta el punto de comercializar un elixir afrodisiaco- le haya molestado el cambio. A pesar de que el resultado haya sido una expresión en latín macarrónico y una sentencia falocéntrica, es posible que secretamente se haya regocijado con el feliz hallazgo que agranda su leyenda y por ello no muestre intención de reparar el pequeño sabotaje.

También la T ha sufrido un ataque, generando la palabra Paria. Esta última versión abre a su vez prolíficas resonancias que dejamos a la imaginación del lector: Ubi pene, ibi paria.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

NIEBLA








Poco a poco el mundo emergía de la niebla y se hacía otra vez visible. 
Y los que esperaban que al levantarse el velo algo hubiera cambiado, se sintieron nuevamente defraudados.



domingo, 2 de diciembre de 2018

ÁRBOL MADRE





Entre las raíces de la vieja haya, como en un útero, un ejemplar joven inicia su aventura protegido por la frondosa sombra materna. Bajo tierra, una compleja red de ayuda y de alianzas, invisible a nuestros ojos, cuida del bosque, de la natural sucesión de las generaciones de árboles. Enternece conocer que una forma de amor, de compasión y de solidaridad trabaja desde los estratos más bajos del ser.