El mundo ante los ojos,
tan pleno de sí mismo,
tan sin centro. La luz
que se complace en cada espejo:
la luz de la mañana.
No hay aquí ni allí,
ni antes ni después.
En vilo siempre ser.
El agua detenida en la clepsidra.
Un silencio de nieve. No lo dudes:
Ha llegado la hora
de la celebración.
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