martes, 28 de febrero de 2023

TINNITUS








Desde que aquel ruido insidioso —un rumor como el que encierra una caracola marina, un bordoneo de moscardón errático— se había instalado en sus oídos, no había podido escribir un solo verso más.

—¿Qué tiene que ver una cosa con otra? —le preguntaban extrañados.

—El silencio es la materia prima de la poesía. Sin él, sin los espacios en blanco, nada tiene sentido —les contestaba.


viernes, 24 de febrero de 2023

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

 

Era la última opción y no le apetecía nada recurrir a ella, aunque sospechaba que muchos de sus colegas ya la utilizaban. Pero estaba completamente bloqueado. No es que tuviera el síndrome de la página en blanco, era algo mucho más grave: el síndrome de la mente definitivamente en blanco. Había entrado en pánico. Aquella maldita escena se le resistía y eso que tenía casi todos sus ingredientes: escenario, personajes, acción. Pero el diálogo se le negaba como si todos los personajes se hubieran empeñado en ser mudos.

Tecleó los datos básicos de la escena y esperó que la aplicación hiciera su trabajo y lo sacara del atolladero. No tardó mucho la respuesta:

Quod natura non dat  ChatGPT non praestat.

El guionista no daba crédito a lo que leía. Aunque no sabía latín intuía que aquella frase tenía mucha retranca.

—Tradúcemelo —pidió, de todas formas.

—Que te dediques a otra cosa, hombre. Soy inteligente, pero aún no sé hacer milagros.

viernes, 17 de febrero de 2023

LA NIÑA Y EL MAR

 


Se ha alejado del grupo. Ha prescindido de las pantallas. Está sola, frente al mar, frente a la inmensidad del horizonte. Escuchando la música blanca de las olas que rompen en la playa, sintiendo la tosca caricia del viento en el rostro, el sabor salobre de las gotitas de agua. 

Una estampa insólita en estos tiempos la de esta niña asombrada -apenas un garabato lejano- que prefiere lo grandioso, lo misterioso, lo inabarcable, lo incontrolado, a esa sensación de falsa omnipotencia y de falsa compañía que emana del mundo jibarizado en el código binario digital de los dispositivos. 

La niña y el mar: una imagen para la esperanza.  


lunes, 13 de febrero de 2023

LA HISTORIA Y LA MORCILLA

 






La contemplación comparada de estas dos fotografías induce a tristes reflexiones. Hoy, igual que ayer, el adoctrinamiento y el fanatismo conducen a la sumisión, a sentir fascinación y a venerar aquello que nos oprime. Pero no perdamos la esperanza, la Libertad acaba siempre abriéndose paso. Y tiene nombre de mujer.  


"Nada es lo mismo, nada

 permanece.

                        Menos

la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten."

                                                                        Ángel González, Glosas a Heráclito.




jueves, 9 de febrero de 2023

SEDENTARIO

 

Cuando le echaban en cara que no viajaba, que su mundo era muy limitado, que apenas se había movido de la pequeña ciudad que lo había visto nacer, el filósofo provinciano Afrodisio Cabal, respondía mezclando enfado y sarcasmo:

—¿Cómo que no me he movido? He viajado más de 60.000.000.000 kilómetros desde que nací. Un viaje fascinante por el universo alrededor del sol —que a su vez también se mueve— contemplando un hermoso paisaje de estrellas siempre cambiante. A bordo de un bólido que viaja a más de 100.000 kilómetros por hora: el planeta Tierra. Eso sin tener en cuenta la rotación. Y por si te parece poco, mis pensamientos viajan sin cesar por el universo de mi mente, una galaxia con unas 100.000.000.000 estrellas—neurona. Ya me gustaría a mí estar tan quieto como tú me achacas.

Y se regodeaba pronunciando las ristras de ceros como solo pueden hacer aquellos que suspendían las matemáticas en el colegio.

domingo, 5 de febrero de 2023

TRINIDAD

  




Agua, nieve, hielo:

tres estados distintos,

una misma belleza.

El mismo poema

en tres idiomas.



 






jueves, 2 de febrero de 2023

EL ÁNGEL

 



En momentos de desesperación está permitido abjurar de tus dudas, se dijo para justificarse. Y él estaba en un verdadero apuro. La inflación y la subida del euríbor habían hundido en la miseria su ya de por sí precaria economía. No se le ocurría a quién recurrir que no fuera uno de esos usureros modernos con nombre de banco digital.

 El ya lejano día en que su penúltima exnovia le regaló aquel cascabel con alas hicieron muchas bromas al respecto: ninguno de los dos creía en los ángeles pero imaginárselos les resultaba divertido.

   —Por si acaso. Nunca se sabe…

   Cierto temor supersticioso le había impedido deshacerse del llamador; en el fondo estaba deseoso de que lo extraordinario irrumpiera en su insípida existencia. Y esta era la ocasión.

   Agitó el cascabel y notó cómo el escrupulillo golpeaba alegre: el sonido era leve, pero muy agradable.

   No tuvo que esperar mucho. No habían pasado cinco minutos cuando sonó el timbre de la puerta. Se le erizaron los pelos en las sienes. Abrió.

   El cobrador del frac no tenía alas, pero algo tenía de humorista. Sus largos años de experiencia laboral lo habían vuelto un poco filósofo.

   —Por la cara que pone se diría que estaba usted esperando la visita de un arcángel. Pero tampoco soy el demonio. Es solo el primer aviso y el banco se ofrece a negociar.

   Mientras cerraba la puerta se prometió a sí mismo que nunca aceptaría regalos de tres euros  «Made in China».