Cuando le
echaban en cara que no viajaba, que su mundo era muy limitado, que apenas se
había movido de la pequeña ciudad que lo había visto nacer, el filósofo
provinciano Afrodisio Cabal, respondía mezclando enfado y sarcasmo:
—¿Cómo que
no me he movido? He viajado más de 60.000.000.000 kilómetros desde que nací. Un
viaje fascinante por el universo alrededor del sol —que a su vez también se
mueve— contemplando un hermoso paisaje de estrellas siempre cambiante. A bordo
de un bólido que viaja a más de 100.000 kilómetros por hora: el planeta Tierra.
Eso sin tener en cuenta la rotación. Y por si te parece poco, mis pensamientos
viajan sin cesar por el universo de mi mente, una galaxia con unas 100.000.000.000
estrellas—neurona. Ya me gustaría a mí estar tan quieto como tú me achacas.
Y se
regodeaba pronunciando las ristras de ceros como solo pueden hacer aquellos que
suspendían las matemáticas en el colegio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario