jueves, 30 de junio de 2022

EN PLAN

 

Cada generación crea sus modismos lingüísticos, sus tics idiomáticos, sus peculiaridades expresivas, algunas perdurables, otras efímeras. En mi juventud proliferó ‘tío’ como omnipresente vocativo igualador (y parece que pervive, aunque últimamente asoman con frecuencia –quizá influencia del ‘rap’ y de las culturas afroamericana y caribeña- ‘hermano’, ‘brother’ y hasta ‘bro’). Menos suerte parece haber tenido ‘tronco’; por el contrario ‘guay’ resiste y también ‘molar’ o ‘flipar’.

A poco que uno tienda la oreja hacia el habla de los más jóvenes tropieza hoy con un sintagma tan frecuente como enigmático para el profano: “en plan…” Se diría que tiene un carácter explicativo, aclaratorio, similar a "o sea", pero como ocurre con muchos de estos artefactos lingüísticos al final parece servir para todo y para nada.

A los que estamos por edad ya muy lejos de esa franja de la población se nos nota enseguida la impericia a la hora de colocar el citado sintagma, igual que a los extranjeros se les atraganta la dificultad para el uso apropiado de los tacos. No importa que lo hayamos oído muchas veces, no somos hablantes nativos de ese dialecto y eso no tiene remedio. Juzgue el amable lector:

“Se presentó en mi fiesta de cumpleaños con unos pantalones cortos y una camisa de flores, en plan chico surfero. Y yo, en plan, ¿de qué vas tío?, que estamos en enero. Y él haciéndose el despistado, en plan ¿no había que venir disfrazados? Me trajo de regalo un disco de vinilo de un grupo sesentero, en plan vintage, y yo en plan, se lo daré a mi padre y él se mosqueó en plan ofendido…”

Queda claro que 'en plan'  ya no es para mí.

 


domingo, 26 de junio de 2022

ABSURDO

 

Una fría madrugada en una calle de París un hombre apuñala a otro hombre. El arma se acerca mucho al corazón pero no llega a alcanzarlo. Repuesto de las heridas, ante el tribunal que juzga al atacante, el agredido  pregunta a su desconocido agresor:

                -¿Por qué lo hizo?

                -No tengo ni idea, señor. Lo siento.

Abrumado por la respuesta, el herido, que responde al nombre de Samuel, decide retirar su demanda y el acusado, un proxeneta de nombre Prudent, queda en libertad.

A partir de ese día, el escritor Samuel Beckett, futuro premio Nobel de Literatura, estará ya definitivamente convencido de que el absurdo gobierna nuestras vidas. Ninguno de sus relatos podría sintetizar mejor su visión del mundo que esa breve página de su agitada biografía.


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EL CLIENTE: Dios hizo el mundo en seis días y usted ha necesitado más de seis meses para hacer estos pantalones.

EL SASTRE: Sí, señor. Pero mire usted el mundo y mire estos pantalones.

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miércoles, 22 de junio de 2022

LA LEALTAD DEL MAR

 





Va y viene. Sube y baja. Hiere y acaricia. Da y quita. Se acerca y se aleja. Susurra y brama. Mece y desarbola.

Pero no es caprichoso ni cambia de opinión.No hace trampas, a nadie engaña. Nadie más fiel a sí mismo, a su cambiante naturaleza: el mar.


miércoles, 15 de junio de 2022

"RAIDERS"

















 


















(FOTOGRAFÍAS TOMADAS EN EL MHAS DE SALAMANCA EN SU EXPOSICIÓN TEMPORAL OFICIOS EN BICICLETA)


Las calles de nuestras ciudades se  han llenado de repartidores de toda índole de servicios y productos (riders los llaman los periodistas y los políticos, como si no existiera la palabra "jinete"). A lomos de sus bicicletas y con su cajón a la espalda estos porteadores sin sindicato acercan hasta la puerta de nuestras casas todo aquello que necesitamos o se nos antoja. Lo queremos aquí y ahora, y no estamos dispuestos a tomarnos la molestia de ir a buscarlo. La pandemia no ha hecho sino acentuar esa tendencia tan humana a la insulsa comodidad del sedentarismo. 

El fenómeno no es nuevo, pero en otras épocas tenía la justificación de la escasez y de la dificultad del transporte. En los pueblos, sobre todo, era una estampa habitual la de los vendedores ambulantes, la de quienes en su bicicleta, en su pequeño carromato o en las alforjas de una caballería, publicitados por la voz y la corneta del pregonero, suministraban agua, miel, pescado, botijos, leche... o bien ofrecían sus habilidades manuales: afilar cuchillos, capar gorrinos, lañar cacharros de cocina, deshollinar la chimenea, varear la lana de los colchones... Las humildes bicicletas de entonces, sin marchas ni cuadros de aluminio ni frenos hidráulicos, servían de vehículo al cartero que llevaba noticias del hijo que estaba sirviendo a la patria, al médico que acudía hasta la lejana alquería para asistir al enfermo, al cura que auxiliaba en el último trance con el santo viático, a la temida pareja de la guardia civil, al simpático fotógrafo ambulante... Casi todo era portátil, casi todo podía acomodarse a la frágil estructura de una bicicleta.

Valgan estas fotografías de bicicletas acondicionadas como homenaje a los ciclistas del pasado y como reivindicación del sacrificado oficio de los repartidores de hoy. 


domingo, 12 de junio de 2022

MÍA

 

-Mía, ¡ven aquí!

-(...)

-Mía, ¡a buscar el palito, vamos!

(...)

-Pero ¿qué te pasa hoy, Mía?

Mía no hace caso y echa a correr playa adelante sin volver la vista atrás. Está harta de  su amo, de que con la excusa del cariño se pase todo el día dándole órdenes, de que la trate como si fuera el personaje de un videojuego. Sobre todo está harta de su nombre. Ni de ti ni de nadie, ni mía siquiera, piensa mientras acelera, alejándose.

Acaba de convertirse en una perrita empoderada.


martes, 7 de junio de 2022

HOUYHNHNMS


 

                               (Foto: Daniel Martín Herranz)



Caminando por las verdes colinas de Gales, madre e hijo conversaban:

-Tenemos suerte de haber nacido caballos, hijo.

-¿Por qué?

-Se me ocurren dos razones. La primera, vivir en un país con tanta hierba.

-¿Y la segunda?

-No ser humanos. A ellos les importa demasiado el color de la piel.


viernes, 3 de junio de 2022

ACANTO





En nuestra mente adolescente de estudiantes, el acanto nos remitía a esas hojas de piedra que servían para distinguir el orden arquitectónico corintio. Ni siquiera nos preguntábamos si esa planta existía realmente fuera de los capiteles sobre las columnas de los templos griegos.

Encontrarlo ahora como adorno en el alcorque en una calle de un antiguo barrio obrero plantado por una de esas anónimas manos amorosas que no se resignan a la esterilidad de las ciudades es un hermoso ejercicio de humildad y de regreso a los orígenes. Ha bajado desde las alturas -donde alguien la encumbró para convertirla en símbolo- hasta la tierra nutricia. Tal vez haya perdido prestigio, pero vive y crece. Quizá  florezca. Ha regresado a la vida desde la piedra, al mundo desde los libros. Un viaje inverso. 

Ahora es más verdad.