Una fría madrugada en una calle de
París un hombre apuñala a otro hombre. El arma se acerca mucho al corazón pero no
llega a alcanzarlo. Repuesto de las heridas, ante el tribunal que juzga al
atacante, el agredido pregunta a su
desconocido agresor:
-¿Por
qué lo hizo?
-No
tengo ni idea, señor. Lo siento.
Abrumado por la respuesta, el herido,
que responde al nombre de Samuel, decide retirar su demanda y el acusado, un
proxeneta de nombre Prudent, queda en libertad.
A partir de ese día, el escritor
Samuel Beckett, futuro premio Nobel de Literatura, estará ya definitivamente
convencido de que el absurdo gobierna nuestras vidas. Ninguno de sus relatos
podría sintetizar mejor su visión del mundo que esa breve página de su agitada
biografía.
EL
CLIENTE: Dios hizo el mundo en seis días y usted ha necesitado más de seis
meses para hacer estos pantalones.
EL
SASTRE: Sí, señor. Pero mire usted el mundo y mire estos pantalones.
(Samuel
Beckett, adaptado)
No hay comentarios:
Publicar un comentario