martes, 6 de octubre de 2020

PIEL DE CORDERO

Hubo en tiempo en que los lobos tenían que disfrazarse de corderos si querían tener algún éxito en su intento de engañar para depredar. Ya no se toman la molestia: no lo necesitan. Se presentan a cara descubierta ante la multitud congregada y el rebaño -democrática, entusiásticamente- los elige para conducir su destino. Hay quien piensa que el rebaño no sabe lo que hace; y, sin embargo, si creemos a los optimistas antropológicos, nunca el rebaño ha tenido más medios para saber lo que hace. 

Quizá el peligro radica, pura y simplemente, en ser rebaño.

                                                                       

                                                                                                    (Mateo Ortiz, pensador derrotista)

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