viernes, 16 de octubre de 2020

EL CORAZÓN DEL ROBLE

 






Royó el tiempo

la madera tan dura del duramen:

ahora su corazón

es tan solo de aire.

Pero sigue viviendo

en la alegría de las ramas.

Sigue latiendo

con el pulso lejano de los vientos,

con la cadencia amable de la ausencia,

con el trino florido de algún pájaro.

El viejo corazón del viejo roble

ha aprendido a ser otro,

a diseminarse. 

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