viernes, 9 de octubre de 2020

LA TEJEDORA

 







-No sirves para nada -le gritaban.

-Te morirás de hambre -le auguraban.

-¡Poeta! -la insultaban.

Pero ella no hacía caso. Que las otras alardearan de sus míseras capturas. Ella estaba fascinada con las gotas de rocío apresadas en su tela que brillaban al primer sol de la mañana con un fulgor extraño y cautivador.





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