jueves, 21 de mayo de 2020

EL GRAN CAMBIO




        "¿Qué creéis que habrá cambiado cuando vuelva la normalidad?" Esta era la pregunta que Aguado había lanzado a sus compañeros de tertulia -ahora indefinidamente aplazada- a través del grupo de guasap. Le llovieron las respuestas. Sintetizando y entresacando, esta fue la cosecha:

            -Seremos más solidarios.
            -Habremos aprendido a esperar, habremos aprendido a desear.
            -Valoraremos más las cosas pequeñas, las cosas cotidianas, todo lo que damos por supuesto.
            -Aumentarán los divorcios.
            -Los padres conocerán mejor a sus hijos y viceversa.
            -Habrá más inversiones en sanidad e investigación.
            -Desarrollaremos miedo al otro. Nos volveremos desconfiados.
            -Saldremos unidos de esta.
            -Sentiremos la necesidad de abrazarnos.
            -No volverá la normalidad. Nos quedaremos instalados en una anormalidad crónica.
            -Nos tomaremos las cervezas separados por un cristal.
            -Se forrarán los de siempre; pagarán el pato los de siempre.
            -La naturaleza agradecerá esta tregua.
            -La neurosis de limpieza hará estragos.
            -Sonreiremos con los ojos.
            -La imparable tendencia a la realidad virtual se verá fortalecida.
            -Nada volverá a ser lo mismo: la pandemia lo ha cambiado todo.
            -Se abrirán paso una nueva economía, una nueva política, una nueva cultura.
            -Paisaje después de la batalla: ruina económica y muerte.
            ...
            Y así, según el talante de cada cual, las conjeturas optimistas  y las trágicas se sucedían, contradictorias y casi todas previsibles. Se preguntaba Aguado cómo un mismo hecho podía provocar interpretaciones tan dispares. En su opinión, poco o nada iba a cambiar, la materia prima de que el ser humano está fabricado, aunque nos empeñemos en imaginarla de barro, se resiste a ser modelada y, tras la presión, regresa a su forma antigua. Por ello, si tuviera que quedarse con alguna de las aportaciones de sus amigos, destacaría la de Delgado, siempre escéptico:

            "Demasiada responsabilidad de cambio estamos depositando en un bichito tan pequeño. No creo que sus espaldas aguanten el peso del mundo. Habría que preguntarle a él."

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