miércoles, 29 de enero de 2020

TAMARIZ







Ni la pobreza de la tierra,
ni el salitre que corroe,
ni el azote constante del viento,
ni la penosa travesía del invierno.
Nada puede con la voluntad
de ser y de arraigar, de crecer y florecer de estos tamarices
plantados junto a la playa.
Pero sus troncos retorcidos y nudosos testimonian
la dureza de la lucha,
el precio de tanta resistencia.





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