jueves, 16 de enero de 2020

17 CÉNTIMOS




                   -Feliz año, feliz año, feliz año.


         Así, por triplicado. El hombre, arrodillado a la puerta del supermercado, repitió la frase buscándome la mirada, con convincente acento de sinceridad. Me rasqué el bolsillo, aparté las monedas gordas y le dejé en el bote de plástico la calderilla: 17 céntimos. 

           El precio de un deseo.

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