A pesar de su provecta edad -o quizá por ello, por esa segunda infancia que apunta al final de la vida- Afrodisio Cabal no dejaba de asombrarse, con una socarronería desesperanzada, por las vicisitudes extravagantes de la vida política española y trataba siempre de reconducirla hacia los derroteros festivos del juego.
-¿He oído bien? -exclamaba al asistir al acto de promesa (que debería ser solemne y se estaba convirtiendo en opereta bufa por el pateo de algunos diputados ultramontanos) de acatamiento a la Constitución por parte de un diputado electo, en prisión preventiva por haber intentado subvertirla-. ¿Ha dicho "acato" o "ataco"? ¿Será disléxico? ¿O está jugando a un baile de letras?
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