miércoles, 9 de marzo de 2022

LOS CUATRO CABALLOS

 

Muy de tarde en tarde el Dueño de la Cuadra pasaba revista a sus cuatro caballos: el blanco, el rojo, el negro y el bayo. Hablaba con sus caballerizos, se interesaba por su salud ─la de los caballos, por supuesto─, por su alimentación, por el ejercicio que hacían.

                ─Veo que el rojo está un poco desmejorado.

                ─Es que apenas sale de la cuadra.

                ─¿Cómo es eso?

                ─Nadie se atreve a montarlo. Es peligroso.

                ─Dejadlo de mi cuenta.

El Dueño de la Cuadra conocía al hombre adecuado. Cuando recibió la llamada del Dueño, Vladimir hijo de Vladimir no se lo pensó dos veces. Llevaba años agazapado, esperando esa oportunidad.


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