Era un pobre de los de antes, digno,
nada pedigüeño, elegante en su miseria.
─La voluntad, la voluntad ─solicitaba
sin acritud.
(Era un pobre de los de antes. Cultivado:
había leído a Schopenhauer.)
Soy generoso. Se la entregué. Me he
quitado un buen peso de encima.
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