jueves, 31 de marzo de 2022

EARENDEL

 





GÉNESIS

 

Aún estamos a tiempo de nombrarla,

de inventar para ella

una palabra limpia, sin recuerdos.

Desde alguna galaxia, en los confines

glaciales del silencio y del vacío,

desde un astro que nadie ha descubierto,

hacia nosotros viaja

la luz recién nacida,

el primordial destello de la primera luz.

Aún estamos a tiempo

de escribirle otra Historia.

De sorprender sus ojos infantiles

con  un alba de inédita belleza arrebatada

a la mezquina abulia de estos dioses.

 

(De En la montaña mágica, Algaida2003)

lunes, 28 de marzo de 2022

TRES SUBLIMES LOCOS ALEMANES


HÖLDERLIN: Después de escribir algunos de los poemas más grandiosos de la literatura alemana en los que funde la tradición de la poesía clásica con la nueva sensibilidad romántica, sus periódicas crisis mentales se convierten en un trastorno permanente que aconsejan su internamiento en una clínica. Considerado incurable, el carpintero Zimmer, gran admirador de su obra, lo acoge en su casa como uno más de la familia y allí, loco apacible, vivirá los treinta y seis años que le restaban de vida. Alejado de la poesía, pronunciaba con frecuencia una sola palabra enigmática: Pallaksch, Pallaksch. 


NIETZSCHE: Buena parte de su pensamiento filosófico se apoya en el rechazo de la moral cristiana heredada (era hijo de pastor), que considera propia de esclavos y basada en la compasión.

El último episodio antes de sucumbir a las fuerzas oscuras de su mente prodigiosa y de ser internado nos lo muestra en Turín, abrazado a un caballo que está siendo azotado ferozmente por un cochero y suplicando piedad para el pobre animal.


LUIS II DE BAVIERA: Melancólico y soñador, amante de la soledad, prefería la música de Wagner  o bañarse en un lago con un amigo a las encorsetadas fiestas palaciegas o los desfiles militares. Lo tildaron de loco porque hablaba con los campesinos sin etiqueta y gastaba su dinero en sus pasiones artísticas. Hijos de su fantasía de otra época son los bellos palacios y castillos que hizo construir: Linderhof, Herrenchiemsee y Neuschwanstein.


Hay locos y locos.

miércoles, 23 de marzo de 2022

EL ASISTENTE

 

Se ha levantado con el pie izquierdo, le duele horrores una muela, hay marcha lenta de camiones en la autopista y un ruido infernal de bocinas. Por la radio escucha las últimas noticias de la guerra. Llegará tarde al curro, le caerá una bronca de las buenas y su contrato en prácticas nunca se convertirá en fijo. Para amenizar el avance de tortuga en el atasco le pide a su asistente personal:

─HEY GOOGLE!, cuéntame un chiste.

─«Hoy puede ser un gran día».

─Ja, ja.

─«No tienes sentido del humor».

Tiene que hacer acopio de toda su serenidad y su amor al dinero para  no abrir la ventanilla y estrellar el móvil contra el asfalto (le había costado 750 pavos).

Desde el aire,  «Pegasus» acaba de fotografiar la escena: según la normativa que hoy entra en vigor son 6 puntos del carné y 500 euros.


sábado, 19 de marzo de 2022

война: EL JUEGO DE LA PALABRA PROHIBIDA


война


En el país más grande del mundo todos los ciudadanos estaban obligados a participar en el Juego de la Palabra Prohibida. Había una palabra tabú. Pronunciarla, escribirla, era peligroso. El Gran Líder lo consideraba grave delito de traición y lesa patria.  Un eufemismo de tres palabras la sustituiría. 

Muy pocas personas tenían el coraje de transgredir la prohibición. Algunos aprovechaban una conversación íntima entre amigos para susurrarla. (Grave error: la delación era una vieja costumbre muy arraigada.) Hubo quien se consideró culpable por pensarla o por soñarla. Hubo quien la tecleó cien veces en la pantalla del ordenador y la borró antes de que los algoritmos centinela la detectaran. Alguien la escribió de noche sobre una pared. Una periodista muy valiente interrumpió la emisión del noticiario mostrándola en una pancarta. (La palabra nefanda casi no se lee, tapada por la mano que sujeta el cartelón). Fue detenida y multada.

    -Tenemos decenas de miles de palabras en nuestro rico idioma. Podéis usar todas las demás. ¿A qué viene esa memez de considerar que no tenéis libertad de expresión?- declaró el Gran Líder en la televisión. 

    Al escucharlo, en los confines de Siberia, un viejo maestro pensó: Quien prohíbe una palabra prohíbe la Palabra. Pero no se lo dijo a nadie.




(La periodista Marina Ovsiannikova irrumpe en la emisión en directo del informativo de la cadena estatal rusa de televisión sosteniendo un cartel en el que se opone a  la guerra y  advierte contra la manipulación informativa. Podría ser condenada a 15 años de cárcel si se le aplica la última legislación.)



miércoles, 16 de marzo de 2022

FLOR DE PRUNO

 





Corren malos tiempos para nosotras, para todo lo que es frágil y pequeño. Nos toca nacer en marzo, en una tierra fría y, tan desnudas, casi morimos congeladas cada primavera. Estamos obligadas a ser hermosas y hay momentos en que ese destino nos resulta insoportable. El viento del norte no tiene clemencia, trata de destruirnos. Pero hay más, si os acercáis a nuestros pétalos veréis que este año están sucios, como el aire, como el mundo todo. Dicen que es por la lluvia roja, esa nube de polvo del desierto. Nosotras de eso no sabemos, pero nos llegan rumores, malas noticias del este: también pudiera ser una lluvia de sangre.





lunes, 14 de marzo de 2022

LA GUERRA (ll)

 


Alistado voluntario, combatió en las trincheras durante la primera Guerra Mundial.

A su regreso, herido y traumatizado, pintó lo que había visto.



                                                        (Otto Dix, Tríptico de La Guerra)



Parafraseando al clásico: "Esto es la guerra. Quien la probó, lo sabe."


Más información:

https://historia-arte.com/obras/la-guerra-otto-dix

sábado, 12 de marzo de 2022

PEÑALCÁZAR ( y IV)

 


El nacimiento de las ciudades suele estar envuelto en una niebla mítica y legendaria, y sus fundadores, cuando tienen nombre, se hacen merecedores de unas líneas de oro en los libros de historia y de una estatua en la plaza más céntrica como premio por su acto de osada fe en el futuro. Por el contrario, ser el último habitante de un pueblo parece un triste privilegio que no otorga ninguna de las recompensas reservadas a los héroes. 

Segundo Alcalde Portero fue el último habitante de Peñalcázar. Para redondear el simbolismo tendría que haberse llamado Último Alcalde Portero, pues en verdad desempeñó ese cargo municipal y fue también el encargado de cerrar  definitivamente la puerta de su pueblo allá por 1978. Un par de años antes se había convertido en noticia nacional cuando el referéndum para la reforma política promovido por Adolfo Suárez. Nada dicen las crónicas del curioso escrutinio en tan exigua mesa y de la improbable reclamación ante la Junta Electoral por irregularidades, altercados o pucherazo.

                                                                                        (La Vanguardia, 16 de diciembre de 1976)
 


Cuesta imaginar  qué le pasaría por las mientes y por las entretelas del corazón a Segundo ese día de 1978 mientras, a pie o en caballería, por la antigua calzada romana (nunca hubo carretera en Peñalcázar) descendía del espinazo rocoso donde se asienta el pueblo después de abandonar definitivamente su casa. ¿Cerraría la puerta con llave? ¿Guardaría la llave como reliquia sagrada igual que hicieron los judíos sefarditas expulsados de Castilla? ¿Volvería la vista atrás con los ojos anegados de lágrimas o se sacudiría el polvo de los zapatos? ¿Recordaría su vida pasada, su empeño en resistir, y se sentiría derrotado? ¿Soñaría con que, a partir de ese momento, su existencia sería más fácil, no necesitaría sudar para satisfacer su sed, las bombillas no tendrían una luz mortecina y oiría otras voces que no fuera su propia voz o la voz de sus fantasmas?

Quizá no dijo nada, no pensó nada, no sintió nada. Simplemente se dejó caer hacia la fácil promesa del valle. 

miércoles, 9 de marzo de 2022

LOS CUATRO CABALLOS

 

Muy de tarde en tarde el Dueño de la Cuadra pasaba revista a sus cuatro caballos: el blanco, el rojo, el negro y el bayo. Hablaba con sus caballerizos, se interesaba por su salud ─la de los caballos, por supuesto─, por su alimentación, por el ejercicio que hacían.

                ─Veo que el rojo está un poco desmejorado.

                ─Es que apenas sale de la cuadra.

                ─¿Cómo es eso?

                ─Nadie se atreve a montarlo. Es peligroso.

                ─Dejadlo de mi cuenta.

El Dueño de la Cuadra conocía al hombre adecuado. Cuando recibió la llamada del Dueño, Vladimir hijo de Vladimir no se lo pensó dos veces. Llevaba años agazapado, esperando esa oportunidad.


domingo, 6 de marzo de 2022

PEÑALCÁZAR (III)

 








Hay ruinas y ruinas. Las de Peñalcázar no hacen concesiones a la nostalgia. No parece un poblado abandonado con prisa del que sus habitantes se hayan ido con lo puesto, con cuatro enseres ─qué honda palabra, casi heideggeriana, a la que no se le reconoce singular─ dejando tras sí escombros de su vida pasada. Peñalcázar es la ruina hecha desnudez, despojamiento. Recuerda más a un asentamiento neolítico que a una aldea del siglo XX, como si el abandono hubiera significado también una regresión en el eje cronológico. El bombardeo lento del tiempo la ha convertido en una imagen de posguerra. Los saqueadores se lo han llevado casi todo, hasta las lápidas y cruces del cementerio. Arramblaron con todo lo servible, como quien despoja a los muertos después de una batalla. Ni un mueble, ni una fotografía, ni una imagen sagrada, ni una muñeca, ni un viejo periódico o un libro, ni una cuchara o un zapato. Ni una campana. Lo orgánico cede el terreno a lo mineral. Solo, cuando la lluvia es favorable, suben las ovejas desde el llano a pacer la hierba que crece en el ejido, en las antiguas eras, en el cementerio y un simulacro de vida recorre las calles superfluas.













Y, sin embargo, por aquí pasaron las huestes del Cid, los ejércitos de Castilla y de Aragón. Su recuerdo pervive en viejos cantares. Se vertió mucha sangre por esta ciudadela hoy desdeñada. El fotógrafo ha subido a Peñalcázar el mismo día en que el ejército de Putin traspasa la frontera de Ucrania. Y no puede evitar pensar que todas las guerras desembocan en la destrucción y que estas ruinas también fueron un día el objetivo estratégico de ejércitos feroces. Porque los conquistadores están condenados a destruir aquello que desean, dejando tras sí un rastro de odio y de catástrofe.


jueves, 3 de marzo de 2022

LA VOLUNTAD

 


Era un pobre de los de antes, digno, nada pedigüeño, elegante en su miseria.

─La voluntad, la voluntad ─solicitaba sin acritud.

(Era un pobre de los de antes. Cultivado: había leído a Schopenhauer.)

Soy generoso. Se la entregué. Me he quitado un buen peso de encima.


martes, 1 de marzo de 2022

PEÑALCÁZAR (II)

 







El mismo día en que las tropas rusas violaban la frontera ucraniana el fotógrafo subió a Peñalcázar, un pueblo en ruinas cuyo último morador se marchó en 1978.  Subiendo a lo alto de la muela, sobre un cabezo imponente de roca  reforzado con una muralla de la que aún sobrevive algún lienzo y una pequeña parte de su dentadura almenada, se accede al caserío  asentado sobre un páramo ventoso desde el que se contemplan la cumbre apenas espolvoreada de nieve del Moncayo y los valles de una tierra de frontera, secularmente disputada.

Sobrecogen la soledad y el silencio, la primitiva desnudez de las paredes de piedra exenta sin revoques ni pintura, la escasa vegetación de saúcos creciendo en las alcobas y sobresaliendo por el boquete del aljibe, la pundonorosa resistencia de las floridas nervaduras de la bóveda de piedra en el coro de la iglesia destechada.

El fotógrafo ha visto otras muchas aldeas abandonadas en esta provincia dejada de la mano de los dioses y de la historia. Pero nunca había sentido tan aguda punzada de desolación, la respiración satisfecha de la muerte sonando en sus oídos. Apenas hay árboles, no hay pájaros. Solo una pareja de buitres acude más tarde al reclamo del corazón del fotógrafo, sobrevuela solemne aguardando sin prisa un desfallecimiento definitivo del viajero. El pueblo parece haber sufrido el embate demoledor del oleaje del tiempo, sumergido en el océano de un cielo inapelable.