jueves, 1 de julio de 2021

TUTORES Y TUTORIALES

 








Los hay para todo y para todos. 

La Red está plagada de tutoriales que resuelven todas nuestras dudas. Una enciclopedia de saberes prácticos al alcance de cualquiera. Con ellos lo mismo puedes aprender a fabricar una bomba que a  realizar arreglos florales según el arte japonés del ikebana; a bordar en punto de cruz o a hacerte el nudo de la corbata; a educar a tu perrito para que haga sus necesidades adecuadamente, a construir una falsa pared, a injertar frutales, a dar tu primer beso de amor, a cocinar bacalao al pil-pil, a tocar el fliscorno o a meditar. Nada escapa a la sabiduría mostrenca que pulula por internet. Seguro que algún atrevido habrá colgado algún tutorial para aprender a vivir, aunque me temo que la vida es un regalo en el que se olvidaron de incluir el libro de instrucciones.

La etimología de esta palabra nos remite a 'tutor', término de rancio abolengo. Si le preguntamos a un educador por su significado nos respondería que es la persona que ejerce la tutela o que se encarga de orientar a los alumnos. El asunto cambiaría mucho si el interrogado fuera un hortelano. En este campo estaríamos hablando de una vara, palo, caña o estaca clavada junto a una planta para mantenerla derecha. Y si consultamos a un profesor de literatura amante de la horticultura, no tardaría en advertir la metáfora: en ambos casos se trata de ayudar a crecer para mejor dar fruto. Y en ambos casos el/la/lo tutorado suele llegar a ser más alto que el tutor.

Para rizar el rizo, anotemos que también hay tutoriales de cómo ser un buen tutor en once pasos y de cómo colocar bien los tutores de los tomates. Y hasta de cómo hacer un buen tutorial. ¡Viva el metatutorial!


(Por cierto, al fotógrafo horticultor no le vendría mal un tutorial de cómo "entutorar" los fréjoles: se le han desmandado).






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