martes, 4 de mayo de 2021

CRECIMIENTO PERSONAL

 


                        Una mano -compasiva o cruel- lo había colocado en el alféizar de la ventana, donde el sol penetraba pronto por la mañana y las  vistas del jardín eran magníficas.  Ante él, pletóricas de pájaros, las copiosas copas  del sauce y del fresno  bailaban alegres con el viento.

                -Algún día seré como ellos -se prometía, henchido de autoestima, el bonsái.


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