miércoles, 29 de enero de 2020

TAMARIZ







Ni la pobreza de la tierra,
ni el salitre que corroe,
ni el azote constante del viento,
ni la penosa travesía del invierno.
Nada puede con la voluntad
de ser y de arraigar, de crecer y florecer de estos tamarices
plantados junto a la playa.
Pero sus troncos retorcidos y nudosos testimonian
la dureza de la lucha,
el precio de tanta resistencia.





domingo, 26 de enero de 2020

LA SOLEDAD DEL FARERO









El día  en que  -tras cuarenta años de vigilia- entregó la llave del faro a la Autoridad Marítima -habían automatizado el mecanismo- aprendió que la soledad tenía otro sabor, otra textura, otro sonido. La que dejaba atrás era dulce, suave, musical; la que ahora comenzaba era amarga, áspera y ruidosa.

miércoles, 22 de enero de 2020

LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD



A sabiendas de que es tema tan manido como inaccesible, disertaba un día Aguado sobre la Felicidad. Y a sus pacientes contertulios les regalaba esta receta para fabricar tan preciado elixir:

-Échense en la coctelera un tercio de escepticismo, otro tercio de estoicismo y otro de epicureísmo. Añádanse unas gotitas de cinismo para aportar un ligero toque amargo a la mezcla. Agitar y servir. Bébase despacio tratando de distinguir cada uno de los sabores. Las proporciones pueden adaptarse al gusto de cada cual pero han de emplearse, obligatoriamente, todos los ingredientes.

-¿Qué te parece si incorporamos unos granos de entusiasmo molido?-adujo Cabal.

-Sea. Probemos.




domingo, 19 de enero de 2020

VENDAVAL












El vendaval
cumplió el deseo
mortal de las raíces
de ver la luz.




jueves, 16 de enero de 2020

17 CÉNTIMOS




                   -Feliz año, feliz año, feliz año.


         Así, por triplicado. El hombre, arrodillado a la puerta del supermercado, repitió la frase buscándome la mirada, con convincente acento de sinceridad. Me rasqué el bolsillo, aparté las monedas gordas y le dejé en el bote de plástico la calderilla: 17 céntimos. 

           El precio de un deseo.

lunes, 13 de enero de 2020

LAS TRUCAS









     Ayer vi a unas niñas en el parque disfrutando con este juego tan tradicional como casi olvidado, relegado al olvido por juegos electrónicos de interior en los que los músculos de los dedos (y no de todos) son los únicos que se ejercitan. La estampa me pareció de otro tiempo y asociada a ella surgió del desván de las palabras arrinconadas en la memoria la palabra 'trucas'.

     Es así como llamábamos en mi pueblo a este juego popular consistente en empujar un trozo de teja o de pizarra a pata coja siguiendo unas casillas numeradas dibujadas en el suelo. No es un nombre muy extendido (no figura con esta acepción en el Diccionario de la Academia) porque parece que hay una gran dispersión geográfica a la hora de referirse a él: truque, calderón y quizá el más común de rayuela. Hay otro, tan sugerente como culto, que he descubierto buceando en el océano insondable del diccionario: infernáculo (o pequeño infierno).

     La sencillez aparente de este juego se ve asediada por un asombroso trasfondo. Mentira parece que de un diseño geométrico tan simple y de una aritmética tan elemental broten ramificaciones tan profundas. Algo de esto debió de intuir Cortázar al titular su novela más ambiciosa y estructuralmente compleja: Rayuela. No es solo que tengamos aquí una síntesis perfecta para el aprendizaje de los números y las figuras geométricas, para mejorar la coordinación motora y para beneficiarnos de todas las enseñanzas que el juego compartido ofrece; además, a nivel simbólico, bajo nuestros pies de niño teníamos una representación  del más allá, con su cielo y su purgatorio; o, sin remontarnos a estas alegorías propias de Dante, estábamos ayudando a una humilde piedrecita a salir de las mazmorras. 

    Lo culto y lo tradicional han encontrado en este juego una insólita fusión. No hace falta que quien juega sea consciente de ello; muchos de nuestros mejores aprendizajes son inconscientes, pero, si hemos de creer un poco a Jung, los arquetipos universales surgen donde menos se espera y, en este juego, yo quiero ver una representación tan esquemática como potente de la eterna lucha entre los límites y la libertad, el acierto y  el error, la inestabilidad y el equilibrio, el cielo y el infierno...

      Ojalá nuestros niños y niñas vuelvan a jugar a las trucas, al calderón, a la rayuela y, al tiempo que fortalecen sus piernas y aprenden los números y las figuras geométricas,  algo de este maravilloso entramado simbólico quede adherido a la suela de sus zapatillas. 

     








sábado, 11 de enero de 2020

LAGUNA HELADA









Los labios de la niebla
dejan sobre la piel
aterida del agua
su beso frío.

miércoles, 8 de enero de 2020

LETRILLA DE LOS REYES MAGOS


Perplejo estaba Gaspar,
Melchor cariacontecido
y atónito Baltasar.
Casi pierden el sentido
al leer las peticiones
que llegaban a montones
de las tierras catalanas.
Aquellos tiernos infantes
con palabras muy galanas,
entre humildes y arrogantes
expresaban un deseo:
"¡República cuanto antes!"
-Que a una  testa coronada
le pidan algo tan feo,
una acción tan desnortada
como dejar sin oficio
a un monarca. ¡Qué estropicio!
Felipe es nuestro colega,
como el de Suecia o Noruega,
se lamentaba Melchor
sin salir de su estupor.
-A mí esto nada me extraña,
pues en viniendo  de España
hay que esperar algo ilógico,
surreal y paradójico,
sonreía Baltasar,
muy amigo de glosar
las humanas desviaciones.
-Mas puestos a precisar,
a separar las naciones,
amigo, nos has de olvidar
lo que gritan por las calles,
por las montañas y valles:
Cataluña no es España,
aquí ya nadie se engaña,
le corregía Gaspar.
-Dejemos esto de lado,
no vamos a pelear
por tema tan intrincado,
interrumpía Melchor.
Estimo que lo mejor
será buscar la manera
para salir de este embrollo
sin que duela la sesera.
-¡Qué mal rollo, qué mal rollo!,
rezongaba el rey Gaspar
sin dejar de suspirar.
-Algo se me está ocurriendo,
al fin habló Baltasar
muy experto en arreglar 
un roto con un remiendo.
He aquí lo que recomiendo:
Las cartas se han de enviar
con prevenida cautela
vía urgente a la Zarzuela
a ver si este año cuela
y el rey, harto del desmadre,
abdica como su padre.
-Tu solución no me gusta; 
diría que hasta me asusta,
Me está pareciendo, hermano,
-zanjó Melchor la cuestión- 
que con tanta confusión 
te has hecho republicano.









sábado, 4 de enero de 2020

EL POZO




Cuántas veces, de niño,
asistí a ese milagro
elemental y mágico
del agua regalada,
a su exacta frialdad,
a la pureza humilde
que atesora la roca.



Y cuántas veces vi,
asomado al brocal,
mi imagen pequeñita
peligrar temblorosa
en el abismo hondo 
del pozo en el jardín.