miércoles, 23 de noviembre de 2022

LOS CIPRESES





Preocupados por la escasez de recursos hídricos, los planificadores de este parque a orillas de Mediterráneo recurrieron a especies de arraigada tradición, bien aclimatadas al terreno: olivos, palmeras, pinos, adelfas, cipreses. Pero una sequía severa y pertinaz se cebó con todos ellos, especialmente con los cipreses, muchos de los cuales hubieron de ser sacrificados; otros muchos, agostados, sufrirán pronto la misma suerte.

El ciprés, ese árbol espiritual, que entre nosotros ha pasado a asociarse a la muerte, pero que en otras culturas era símbolo de resistencia vital e inmortalidad, ofrece aquí una penosa estampa de desolación. Su propia muerte es la imagen más veraz del duelo.

No sabemos si estos cipreses creerán en Dios, como titulaba la novela de Gironella, pero habrían de ser muy estúpidos para no creer en la emergencia climática.




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