viernes, 29 de julio de 2022

OLA DE INCENDIOS

 






Un golpe de hacha o tres segundos de motosierra convierten a la rama en leña.

De la leña amontonada en haces abandonados a la llama, y de la llama voraz a la ceniza, en julio y con 39º a la sombra, la distancia es tan corta que el descuido, la imprudencia o la negrura de corazón amenazan al robledal,  aquejado de sequía,  que apenas se atreve a respirar por sus hojas y quisiera volverse invisible, deforestado como un desierto, para así conjurar y castigar a un tiempo la humana negligencia. 




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