sábado, 2 de enero de 2021

CORONACUENTOS (24):PRIMER DÍA

 


Enojado con todo, se acostó temprano. Ya que las cosas habían de ser diferentes por fuerza, que lo fueran de verdad. No se esperó a las campanadas: ni uvas, ni champán, ni besos a desconocidos, ni matasuegras ni amanecer entre la niebla del alcohol.

Se despertó pronto. Se despertó como se había acostado: enojado y solo. Pero sin resaca. Lúcido. Y con una extraña vitalidad  de la que no se acordaba. Al abrir la ventana la vio: la nieve.

Era el primero en pisar la calle. La nieve había borrado las señales, vestido de gala a los árboles desnudos, regalado silencio al barrio. Parecía haber borrado también su memoria, el recuerdo de unos días aciagos.

Mientras escuchaba el tierno crujido de la nieve bajo sus botas, sintió que estrenaba la ciudad, el mundo, la vida.

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