Llamaré a este teléfono. O mejor, seguiré a este hombre. Quiero hacerle un encargo. Siempre he deseado habitar en un poema como se habita en una casa de hermosas paredes, hecha de palabras y cimentada en la etérea materia de las metáforas.
(En vista de que la poesía es mal negocio, hemos decidido pasarnos al ladrillo, que es mucho más rentable)
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