miércoles, 28 de marzo de 2018

EL NÚMERO




         Estaba cansado. Llevaba muchos siglos en activo y, para colmo, aquel año, 2018, le iban a hacer trabajar de lo lindo. Cada dos por tres estaba obligado a comparecer en documentos, en cartas, en pantallas, en la boca de la gente. También los signos tienen derecho a envejecer, a estar cansados. A protestar por esa horrible condena de no tener vacaciones, de estar obligados a significar siempre lo mismo.

       -¿Y si me tumbara un rato a descansar? -se dijo.

        Lo hizo. Así fue como el número 8 se convirtió en infinito.

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