martes, 4 de octubre de 2016

GUERRERO


     Era el guerrero más bravo del poblado. Murió como correspondía, en mitad de la batalla y fue honrado con unos funerales de héroe. De su cuerpo, expuesto al sol, las aves de rapiña se comieron la carne y extrajeron el alma para llevarla a los cielos.

     Pero escondía un secreto: su corazón era dulce. Sabía a cobardía.

     Os lo digo yo, el buitre.

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