domingo, 10 de noviembre de 2024

PATRAÑA

 

He aquí una palabra que apenas se utiliza, una palabra desaprovechada, que viene muy a cuento de lo que estamos viviendo. «Invención urdida con propósito de engañar», así la define el diccionario de la Academia. ¿A qué nos recuerda esto?

En su etimología hay una referencia a los pastores (‘pastoranea’), a los cuentos y consejas que intercambiaban, suponemos que para subsanar la falta de noticias en su aislamiento y para  amenizar sus largos momentos de tranquila actividad y sus noches en vela junto al fuego. Mucho se habla ahora de bulos (término muy preferible al horrible e innecesario ‘fake news’) pero la envergadura del engaño es tal que ‘patraña’ (palabra rotunda y enérgica) refleja mucho mejor la situación. Porque `bulo’ evoca una noticia falsa pero en  ‘patraña’  reside la idea de trama, de relato urdido, de una malla de mentiras que conformen una narración completa y alternativa a la realidad. Y eso precisamente es lo que está sucediendo.

Joan de Timoneda, autor del siglo XVI, valenciano —precisamente—, escribió una recopilación de breves historias ficticias a la que tituló «Patrañuelo» y define ‘patraña’ como “Fingida traza tan lindamente amplificada y compuesta que parece que trae alguna apariencia de verdad”.  Timoneda no engañaba a nadie, llamaba a las cosas por su nombre, no colaba mercancía tóxica de matute. Sus lectores sabían a qué atenerse. Eran otros tiempos…

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