lunes, 26 de agosto de 2024

APUNTE DEL NATURAL (II)

 

El hombre empuja un cochecito de niño buscando el lado en sombra de la calle, como aquel a quien le sobra el sol aunque esté es un lugar de playas largas donde se broncean las pálidas pieles de la gente del norte. Su rostro cetrino, curtido por la intemperie, trasluce la dignidad estoica de quien ya nada ambiciona. En la placita fresca donde un ficus gigante alardea de barbas, se cruza con el barrendero de verde uniforme que parece surgido de la penumbra.

               BARRENDERO.- ¿Qué tal va el bebé?

               HOMBRE DEL COCHECITO.- De momento no se queja.

Y el hombre sonríe al desgaire, y continúa empujando sin rumbo su cochecito. En un hombre caracol con su casa a cuestas, con todas sus pertenencias en unas pocas bolsas. Para él el futuro no es un bebé sonriente al que hay que alimentar sino un barullo de trastos desbaratados que nada piden.  

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