martes, 23 de enero de 2024

PREGUNTAS INCÓMODAS

 


UN SOLDADO ISRAELÍ SE HACE INCÓMODAS PREGUNTAS

 

Si cegamos los ojos de los niños

con el blanco resplandor de las bombas,

¿cómo les pediremos, cuando crezcan,

que vean con ojos limpios

la radiante sonrisa de la paz?

Si infectamos el aire

con gases venenosos,

con gases que producen lágrimas,

¿qué van a respirar

las rosas, las higueras, los caballos?

Si cercamos su vida de alambradas,

¿a quién extrañará que la inocencia

se les convierta en ira?

Si en las camas solo yacen

las ruinas, los escombros,

¿dónde conciliarán los sueños

que los mantienen vivos?

Si aplastamos con nuestras botas de soldado,

con las orugas de los tanques,

el rostro de las muñecas,

¿cómo exigirle a la esperanza un arcoíris?

Si retorcemos las palabras

hasta hacerlas sangrar,

¿quién podrá escribir un poema que no duela?

Si espantamos el vuelo de los pájaros

con el trueno feroz de nuestros bombarderos,

¿cuándo volveremos a escuchar sus cantos por el cielo?

Y si sembramos con las semillas del odio

los campos del futuro,

¿cómo esperar que en ellos nazcan

las doradas espigas del amor?

  

¡Qué amargo aceite darán estos olivos,

qué pálida fruta los naranjos,

qué tristeza en las alas de la paloma,

qué escasa esta estrecha tierra

para tantos muertos!

 

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