miércoles, 14 de diciembre de 2022

KEATS (II)

 




Tender is the night, (...)
But here there is no light.

John Keats, Oda a un ruiseñor.




No es difícil imaginar a John Keats escuchando el canto encantado del ruiseñor, una noche de verano, sentado en este diván, mientras a través de la ventana abierta le llega el aroma a hierba y flores del jardín de la casa de su amigo Charles Brown.

  




Otra versión menos idílica supone que el poema fue escrito en el Spaniards Inn, lugar que debió de frecuentar Keats en aquel breve tiempo en que la Poesía, el Amor y la Muerte rivalizaban en invitarlo a bailar su triple danza seductora y se aliaron para provocar en él una tormenta creativa que lo catapultó a la excelencia lírica.










Sea como fuere, en la calma de una casa de campo con vistas a un jardín o entre la algarabía compartida de una taberna, estos versos, como el canto de un ruiseñor atemporal, nacieron para desafiar al tiempo, para celebrar esa victoria siempre provisional de la vida sobre todas las potencias oscuras (llámense enfermedad, desamor o fracaso) que acechaban su endeble existencia.



Para escuchar Oda a un ruiseñor:

https://podcasts.apple.com/gb/podcast/oda-a-un-ruise%C3%B1or-de-john-keats/id1521284011?i=1000486802678



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