"La vida no es más que un día;
una frágil gota de rocío en su peligroso viaje
desde la cima de un árbol."
(John Keats, poeta romántico inglés, 1795-1821)
Pero esa gota de rocío recibió el don de la conciencia de sí misma, de la excepcionalidad de su viaje; recibió la gracia de asombrarse con la belleza de la luz recién amanecida que la atraviesa y le arranca un arco iris. Esa gota sabe que su fragilidad es también su fortaleza y ruega al destino le tenga reservado el mejor de los finales: evaporarse con la tibieza de los rayos de un sol de primavera en el cáliz de una violeta silvestre para así convertirse en delicado perfume.
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