viernes, 23 de septiembre de 2022

ESTOS TIEMPOS

 

En su libreta de bolsillo, anota Mateo Ortiz fugaces reflexiones sobre el tiempo que le ha tocado vivir, que, cada vez más, siente que no es ya su tiempo:

—Si estamos construyendo este mundo sobre columnas de humo, ¿cómo pretenderemos que sea estable y duradero? Nos estamos condenando a la evanescencia.

—No sé si este es el final de una época. De lo que estoy seguro es de que es el final de mi época.

—Hasta hace unos años, los perpetradores de la realidad virtual estaban empeñados en imitar  la realidad auténtica. Hemos pasado esa pantalla (como dicen los jugadores de videojuegos): ahora es la realidad auténtica la que está imitando  la virtual.

—¿La verdad? La verdad moderna no es un cuadro acabado sino un mosaico hecho de teselas traídas de acá y de allá, sin orden ni concierto. O, si así lo preferís, una inmensa pantalla cambiante en la que cada pequeña porción de verdad tendría el tamaño de un píxel.

—Tantos satélites artificiales, nanosatélites y picosatélites orbitan en torno a la tierra que pronto no podremos ver ni la luna ni las estrellas.

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