lunes, 21 de febrero de 2022

LAZARILLO, SIGLO XXI

 

Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandome que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo: "Lázaro, llega el oído a este toro, y oirás gran ruido dentro dél". Yo, simplemente llegué, creyendo ser ansí; y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome: "Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo".




VERSIÓN MODERNIZADA


Cuando llegamos al puente, el ciego apuntó con el bastón al verraco ibérico que está a su entrada y me dijo:

-Acerca la cabeza al toro, Lázaro, y oirás gran ruido dentro de él.

-No llego, mi amo, lo han puesto sobre un pedestal muy alto.

-¿Y cómo quiere el alcalde que te enseñe la primera y más importante lección de tu vida? No tiene sentido seguir con esta historia. Vuelve con tu mamaíta que ya le solicitaré a la ONCE un perro guía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario