Las palabras entablan a veces extrañas alianzas, conjunciones inesperadas.
Cuando el Tormes se helaba completamente a su paso por Salamanca decíamos que el río se había "candado". Este verbo se utiliza de forma enfática en esa zona como sinónimo de "cerrar", pero con un matiz de mayor refuerzo.
Las fotografías que ilustran esta entrada no son del Tormes, sino del Duero, a su paso por Soria. Aquí esa expresión resultaría insólita. Y el sustantivo "candado" asociado al río nos llevaría a pensar en esos símbolos ferreteros del amor que de unos años a esta parte -puestos de moda por una novela juvenil italiana- amenazan con derrumbar los puentes de medio mundo.
Invirtiendo el curso normal de los acontecimientos -como esos padres que adoptan la jerga juvenil de sus hijos adolescentes- no está mal que el padre Duero aprenda una palabra nueva de su hijo Tormes: Esta mañana el Duero amaneció candado.
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