Un volcán en erupción es una boca que también arroja palabras que solo él pronuncia bien.
Por el cráter del volcán de Cumbre Vieja nos han llegado términos que no conocíamos o que habíamos olvidado por desusados. Palabras que se hacían materia candente: lava, magma, colada, piroclasto, fajana, lapilli...
De todas ellas, nos quedamos con dos. Una es tremor, hermosa palabra, sinónima de temblor y emparentada con tremer, tremar, tremedal o trémulo. En todas ellas palpita esa ligera sacudida que es síntoma de íntimas alteraciones, ya sean de la tierra o del espíritu.
Cuando la masa incandescente se enfría, surge una realidad geológica formada, según el diccionario, por un "campo de lava reciente, con una superficie tortuosa, estéril y árida". Se llama malpaís.
¿Por qué será que no encuentro mejor palabra para definir el triste solar de España que van dejando tras ellos nuestros representantes políticos?
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