viernes, 4 de febrero de 2022

CORONACUENTOS (36): LA MURALLA

 


Llevaban dos años de pandemia y no se le veía el fin. Una nueva Edad Media se había abatido sobre el mundo propiciada por la peste. El miedo y la desesperanza reinaban en las calles, en las casas, en los corazones de la gente. Los otros eran el infierno, la posibilidad del contagio. Abundaban los demagogos ─que siempre medran en épocas de desaliento colectivo─, los dioses y sus oscuros sacerdotes habían resucitado, la irracionalidad le ganaba la partida al recto pensamiento. Se exigían papeles, salvoconductos para viajar de un lugar a otro. Por  el este llegaba lejano un redoble de tambores de guerra.

En la pequeña y antigua ciudad habían tomado una sabia decisión: reconstruirían la muralla, voluntariamente demolida durante la penúltima guerra para evitar que el enemigo se hiciera fuerte dentro. Ahora el mal estaba fuera.








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