Esta raíz prefija de origen griego, que significa 'a distancia', ya había sido utilizado en el siglo XVII para denominar al 'telescopio', de dudosa paternidad, y resurgió con fuerza en muchos neologismos tecnológicos a partir del siglo XIX ante la necesidad de bautizar inventos como el telégrafo y el teléfono. Más tarde llegarían otros muchos: televisión, teleférico, teletipo, teleobjetivo, telesilla.
La pandemia ha vuelto a darle nueva
vigencia hasta el punto de hacer de ella un síntoma de nuestra época. Ahora se la podría anteponer casi a cualquier palabra: teleenseñanza,
teletrabajo, telemedicina, telecomida, telesexo... Y también teleabrazo,
telebeso, teleamistad, teleocio, telecompra... La comunicación se está
volviendo exclusivamente telecomunicación y hay quien dice que estamos siendo
teledirigidos y que esta televida no es más que telebasura.
Habrá que encomendarse a alguna vacuna eficaz
para volver a acortar distancias.
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