lunes, 11 de noviembre de 2019

EL MURO




Cuando cayó el Muro se apresuraron a hacerlo pedazos y a llevarse a casa uno de aquellos cascotes. Unos lo hicieron como íntima venganza -el Muro había cercado dolorosamente sus vidas-, otros como artístico souvenir que serviría de pisapapeles; hubo quien se anticipó al lucrativo negocio de la nostalgia y, quien más quien menos, a todos se les antojaba que se habían apropiado de un trocito de la Historia.

Pasaron algunos años y el Muro ya solo existía en la memoria de algunos. Pasaron algunos años más y la añoranza -esa embaucadora- convirtió el recuerdo en deseo latente de regreso. Finalmente, un político aventurero lanzó la campaña: "Reconstruyamos el Muro". La tarea resultó relativamente fácil: trocito a trocito, como quien  resuelve un rompecabezas.

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