domingo, 13 de noviembre de 2016

K


     ¿Qué habrán visto desde hace años en esta letra todos los indignados, los rebeldes con o sin causa, los que escupen su rabia contra las paredes? Quizá que es una letra casi ajena a nuestro abecedario y un uso contrario a las normas podría tomarse por un acto de insurgencia contra lo establecido. Quizá una influencia del eusquera, donde su uso mural parece asociado a la lucha callejera (kale borroka). Quizá es que el propio trazo de la letra tiene un no sé qué de erizado, como de alambrada. Por no hablar de las siglas de un siniestro grupo supremacista blanco norteamericano. La K sería perfectamente prescindible en el español, pues el sonido que representa está cubierto por la c y por la q, letras estas redondeadas, que invitan a la caricia.

     Demasiada K en nuestras paredes, en las pantallas de nuestros móviles, en nuestras vidas.
  
     Kafka, que cargó durante toda la vida con esta letra como si fuera una cruz, escribió:

     "Encuentro ofensiva la letra K, casi nauseabunda, y sin embargo, la sigo utilizando, pues debe ser característica mía."


















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