No hay milagro pequeño.
Tan admirables son
la ilimitada
armonía celeste,
su perfecto engranaje,
como el incierto giro
del electrón.
El mismo asombro late
en el frenético
corazón diminuto
del colibrí
que en el corazón lento
de la ballena azul,
grande como un armario
colmado de deseos.
(Del inédito Libro de los milagros, del apócrifo Virgilio Arancón)
No hay comentarios:
Publicar un comentario