miércoles, 14 de junio de 2023

IA

 

Afrodisio Cabal y su hijo Raúl Cabal mantienen opiniones muy divergentes sobre las expectativas creadas por la Inteligencia Artificial. La brecha generacional que en épocas anteriores separaba a padres e hijos por motivos ideológicos, religiosos o morales, parece centrarse ahora en las consecuencias —estimulantes para la mayoría de los jóvenes, apocalípticas para los mayores— que se derivan de una carrera tecnológica que está a punto de escapar a nuestro control, si es que no lo ha hecho ya. A los negros augurios del padre objeta el hijo relativizando los riesgos y desmitificando el humanismo.

—¡Daos prisa, músicos, escritores, artistas de toda condición a terminar vuestra obra, que viene el Chato Gepeto a acabar con la ilusión de que sois creadores, a sustituir a las musas por los algoritmos!

La creación no es más que «Ars combinatoria» y eso lo hacen infinitamente mejor las máquinas.

—No pararemos hasta hacer que la realidad sea un colosal trampantojo.

¿Acaso ha sido alguna vez otra cosa?

—Seguimos en el siglo de las siglas. De todas ellas las más terribles son las más sencillas: IA. La vocal más cerrada junto a la vocal más abierta, como para encerrar todo el espectro del lenguaje.

Inteligencia Artificial es una denominación innecesaria, un pleonasmo. Toda inteligencia, también la humana, es artificio, construcción. La única inteligencia natural imaginable sería la divina, pero, obviamente, Dios es otra creación de nuestra inteligencia. Así que…


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