Soy Gordy: a lo mejor me conocéis de
la tele o los vídeos de Youtube. La famosa cerdita vietnamita con el mejor
olfato del mundo. Un amor. Estoy entrenada para encontrar esas verrugas negras bajo la
tierra que exhalan un aroma delicioso. El oro negro, lo llaman. Ya os han
contado mi historia, para qué repetirla.
Pero hay cosas que solo yo sé. La otra cara de las historias tiernas, la
que nadie quiere oír. A saber:
Que
es grande mi pena porque mi grueso cuello me impide mirar al cielo.
Que tengo que controlarme para no morder la mano
que me acaricia después de cada hallazgo.
Que
apenas me gusta el pienso, ni los trozos de manzana con que me premian por mi
labor. Soy una sibarita reprimida.
Que
lo que de verdad me gustaría es devorar de un bocado todas las trufas que
encuentro con el hocico.
Y
que si no lo hago es porque sé que para mí son venenosas, letales de necesidad.
El día en que empiece a comérmelas
habré firmado mi sentencia de muerte. ¿Acaso tengo elección?
No hay comentarios:
Publicar un comentario