miércoles, 3 de noviembre de 2021

CORONACUENTOS (33): REGRESAR

 

No lo habían vuelto a ver ni tenían noticias suyas desde que se desató la pandemia. 

-Parece que se lo ha tragado la tierra-  comentaba Mauricio, el más lenguaraz de la tertulia.

-Hombre, no mientes ruina. Es de mal gusto, en estos tiempos- le recriminaba Donato.

Cuando aflojaron las prohibiciones y pudieron reunirse de nuevo en lugar cerrado  trataron en vano de recabar unos de otros alguna información sobre el paradero del desaparecido Ambrosio.

-Siempre fue un poco rarito.

-Es capaz de haberse muerto sin avisar.

-A lo mejor se lo ha tragado la tierra de verdad.

Los peores momentos de pánico habían pasado y el humor negro volvía a florecer entre ellos.

Lo vieron llegar un mediodía, tarde como siempre, cuando ya iban por la segunda ronda. Había algo en él que no cuadraba con el Ambrosio que recordaban. No sé, parecía como si regresara de un viaje demasiado largo y peligroso.

-¡Hombre, Ambrosio!- acertaron a decir a coro, sin salir de su asombro.

-Llamadme Lázaro -sentenció él, desdeñoso, antes de hacerle una seña al camarero para que le llevara lo de siempre.

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