jueves, 17 de agosto de 2023

CARTONES (Apunte del natural)

 

En la boca del aparcamiento subterráneo hay estacionado un coche de policía con las luces parpadeantes. Pronto, emergiendo de la oscuridad, aparecen tres figuras: dos policías y un hombre delgado, de rostro demacrado, como si le hubieran exprimido todo los jugos del cuerpo. No hay violencia ni tensión en la escena. Se diría que es una liturgia repetida tantas veces que no afecta a ninguno de los actores. Uno de los policías lleva una buena brazada de cartones alargados, como de embalaje de un electrodoméstico, y se dirige pausadamente al contenedor de reciclaje azul. El otro policía charla amigablemente con el sintecho mientras lo conduce afuera agarrándolo del brazo.

Cuando el coche de policía se marcha, el hombre se sienta en un banco. A sus pies dos bolsas con confusas pertenencias. Otro desalojo, otro desahucio más. Está acostumbrado. Afortunadamente, el traslado es liviano y el cartón abunda.

Es un sintecho, pero no se acostumbra a dormir al aire libre ni aun en verano. Y en el aparcamiento subterráneo se está fresquito.

 


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