Otro día, Afrodisio Cabal
y Ángel Aguado, braceando en las pantanosas aguas de una conversación sobre la
actualidad, incurrieron en el tópico de la desprestigiada clase política.
—¿Crees que nos merecemos tener estos políticos?
— No tengo la respuesta, Ángel. Pero tanto un sí como un no
nos dejan en mal lugar como sociedad. Más aún: el solo hecho de que formulemos
con tanta frecuencia esa pregunta y de que sea tan pertinente constituye un
motivo de grave preocupación.
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