viernes, 30 de mayo de 2025

MEDTACIÓN SOBRE UN GRANO DE ARENA

 




Cada grano de arena tiene un rostro, tiene una historia, una biografía.

Ese grano que pisas, desdeñoso, fue montaña altiva, roca que se creía indestructible, canto rodado de tacto suavísimo. Resistió durante mucho tiempo las agresiones del viento, del hielo, de las olas, pero al fin se entregó, rendido, a la infinita paciencia de la erosión.

Antes, mucho antes, fue lava ardiente, hija del primer fuego, del fuego primordial; después se fue enfriando, pero aún guarda algo de ese fuego en lo más íntimo de su ser. Quizá, afortunado, fue cristal, alcanzó la transparencia.

Mañana —un mañana muy largo— habrá llegado a su perfección: será una mota de polvo que se lleva la brisa. Después, nada.

Ningún grano de arena es igual a otro, son tan distintos entre sí como lo somos nosotros. Habría que aprender a mirarlos, a observar lo minúsculo, a diferenciar rasgos. Ahora parecen anónimos, pero su anonimato no es más que el resultado de nuestra ignorancia. Y saben formar parte de algo más grande: sin ellos no habría playa, esa playa que pisas, inconsciente bañista, ignorando la larguísima historia que hay detrás.

¿Quieres saber qué es el tiempo? Pregúntale a ese grano de arena.

domingo, 25 de mayo de 2025

ISLA DECEPCIÓN

 

El capitán ballenero no se conformaba con el sangriento oficio de cazador de cetáceos. Se sentía llamado a un destino más trascendente. En el fondo de su corazón latía esa inquietud obsesiva de los descubridores. Por eso, cuando avistó una isla que no aparecía en los mapas, creyó ver cumplido su más ferviente deseo. Poco duró su alegría. Al desembarcar comprobó que aquel pedazo desolado de tierra firme era un islote de mala muerte, sin vegetación ni más fauna que algún despistado pingüino, siempre amenazada su existencia por los caprichos de un volcán.

El capitán llamó a la isla Decepción.

Su gloria pequeñita de descubridor frustrado tiene al menos una compensación: la Historia no podrá discutirle la poética, evocadora precisión de ese nombre, metáfora insuperable de tantos viajes infructuosos, de tantas islas fallidas, de tantos sueños malogrados.  

miércoles, 21 de mayo de 2025

JACARANDÁ

  




Hay palabras alegres, que levantan el ánimo, que te invitan a bailar, a viajar por lugares luminosos. (Sí, ya sabemos que la alegría o la tristeza la ponemos nosotros, los hablantes, pero eso no importa ahora.)

Una de esas palabras es Jacarandá (o Jaracaranda, que también así se dice).  Su primera sílaba coincide con la interjección que representa la carcajada; las tres primeras sílabas nos llevan a Jácara, (‘romance de tema alegre y libertino’); el predominio absoluto de la vocal a (la más abierta y luminosa) trasmite una sensación de apertura al asombro; finalmente, su origen guaraní nos conduce a ese pueblo mártir, amigo de la música, que sigue su incansable búsqueda de la «Tierra sin males».

Sirva este jacarandá hermoseado por sus flores violeta para celebrar el feliz abrazo entre una palabra y su significado.






jueves, 15 de mayo de 2025

EL LICENCIADO VIDRIERA

  

«…loco de la más extraña locura que entre las locuras hasta entonces se había visto. Imaginose el desdichado que era todo hecho de vidrio…»  

(Miguel de Cervantes, Novelas ejemplares, El Licenciado Vidriera)


Además de don Quijote, el loco universalmente conocido, creó Cervantes otro personaje trastornado mucho menos famoso. Tomás Rodaja, tras ser envenenado por un hechizo amoroso, dio en una peregrina manía: se creía de cristal y temía romperse a cada momento. Rehuía el contacto humano, dormía entre paja y se hacía llamar el Licenciado Vidriera.

"Quizá este Licenciado Vidriera no era un loco, sino un pionero, un adelantado a su tiempo. ¿No os parece que nos estamos volviendo todos de cristal? Cada vez somos más frágiles, menos resistentes a los golpes y estamos más expuestos, somos más vulnerables. Cada vez somos más transparentes, también, como esos peces abisales a los que se les transparenta la cabeza. Hemos renunciado a nuestra intimidad, se la estamos regalando a los nuevos señores del mundo. Frágiles y transparentes, como el Licenciado Vidriera. Ambas cosas van unidas. Pensad en ello", invita el profesor de Literatura a sus alumnos.



domingo, 11 de mayo de 2025

CICLAMOR

 

Los árboles, como los animales, han sido siempre sujetos predilectos de nuestras fabulaciones (Nunca van a protestar por el abuso).

Más allá de la belleza —tan obvia que casi empalaga— de este árbol florido, la literatura botánica lo ha abrumado de mitos y leyendas, algunas de ellas ya sugeridas en su variedad de nombres (ciclamor, árbol del amor, árbol de Judas…) y casi siempre basadas en falsedades o en apreciaciones muy discutibles.




Lo del árbol de amor procedería de las flores ¿en forma de corazón?

La referencia a Judas se basa en una tradición según la cual el apóstol traidor se ahorcó de la rama de uno de estos árboles. (Parecen muy endebles para soportar el peso de tamaña culpa y podrían haber convertido el suicidio en un ridículo acto fallido.)

El color púrpura de sus flores lo convirtió en el favorito de los emperadores bizantinos que lo mandaron plantar abundantemente en la actual Estambul.  Por cierto, el color púrpura, símbolo del poder (de ahí la expresión «el peso de la púrpura»), era de exclusivo uso imperial).




Para los predicadores y moralistas, el artero hechizo de estas flores que atraen a las incautas abejas y las ¿envenenan con su emponzoñado néctar?, cayendo muertas entre sus pétalos, era la imagen misma del poderoso atractivo letal de todo lo bello y placentero.




Parece propio de la humana condición no saber conformarse con disfrutar de lo que se nos regala a primera vista, contaminando la naturaleza con nuestras obsesiones, nuestros pecados, nuestros deseos, nuestras ansias.


                                                (Fuente: Wikipedia)


lunes, 5 de mayo de 2025

LA CAÍDA DE LA CAMPANA

 






Las ruinas, a su tiempo,

alcanzaron sazón. Lo supimos el día

en el que la campana cayó desde la torre

como fruta madura. Un estruendo gravísimo

de fe que se desploma

acompañó el derrumbe. La melena de olmo

se astilló contra el suelo,

pero el bronce mantuvo su obstinada figura

de cúpula y de útero que los vientos fecundan.

En el suelo, sin vuelo,

parece confiar

en que alguien la devuelva al aire de la torre,

a su oficio solemne de predicar el júbilo,

de amortajar las tardes.

No sabe que los jóvenes

huyeron hace tiempo

llevándose con ellos la fuerza de sus brazos.

Si nosotros apenas

valemos con el peso de esos papeles viejos

—noticias o retratos de los años felices—

que planean revueltos por entre los derribos...


(De Despoblados, inédito)