jueves, 27 de junio de 2019

UN POCO DE DESIERTO EN LA BOCA



                Hacía un calor de horno. El cielo de calima ponía un velo turbio sobre el rostro abrasador del sol. Costaba respirar aquel aire africano. Las hojas del sauce caían abatidas como pájaros muertos por un soplo de bochorno.

               Aún no era julio. A más de dos mil kilómetros del Sáhara, en lo que algunos se empeñaban en seguir llamando Norte, la boca, pastosa, le sabía a arena del desierto. Era el sabor del futuro.


lunes, 24 de junio de 2019

ROSA DE SAN JUAN








En su abismo pequeño,
en el vértigo hermoso de sus pétalos,
¿qué secreto nos guarda
el corazón sencillo de la rosa?











viernes, 21 de junio de 2019

LA PEINADORA




La niña, dócil e ilusionada, ha escogido un peinado con múltiples trencitas y tirabuzones, con abalorios de colores en cada punta, el más fantasioso de los que aparecen en el tosco catálogo de fotografías descoloridas por el sol. Las manos negras y hábiles de la mujer no le dan ni un tirón: acarician como hormigas diligentes. Sentada en el murete del paseo marítimo, mirando hacia la playa, la niña de ojos azules cae hipnotizada por el roce de aquellos dedos sabios. Cuando despierta de su fugaz sueño, la obra está terminada.

Para llegar allí, a sentarse en ese murete del paseo marítimo, la mujer ha tenido que atravesar desiertos a pie, ha tenido que cruzar el mar en una embarcación tan vulnerable como ella. Ha tenido que soportar cosas que no quiere recordar.

La madre de la niña de ojos azules regatea con la mujer y consigue rebajar el precio de diez a siete euros. Cuando va a pagar, la mujer le hace un gesto. Al otro lado del murete, tendido sobre la arena, medio oculto, aletargado, un hombre se incorpora con desgana. Alarga la mano para recibir el dinero. Lleva gafas de sol de espejo. Reflejada en ellas, la niña de la rubia cabellera  se mira y sonríe feliz pensando en que va a ser la envidia de sus amigas.


lunes, 17 de junio de 2019

EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO

 

Aquí el guardián (el herbicida PicoMax) anduvo vigilante:





Unos metros más allá, en una esquina del centenal, el guardián se descuidó. Y este ha sido el resultado:




Un hermoso tapiz de amapolas y acianos.





          A veces basta con la inacción para que surja la belleza.

miércoles, 12 de junio de 2019

JUSTICIA POÉTICA


No siempre, y casi siempre a destiempo -meditaba Mateo Ortiz-, pero a veces la Historia -esa gran engendradora de desafueros- nos reconforta con alguna de sus piruetas. Hoy he leído que los huesos de Mengele, "El Ángel de la Muerte" de Auschwitz, famoso por sus monstruosos experimentos con seres humanos, sirven ahora para que los estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo aprendan anatomía. 

Difícil imaginar final más ajustado a la memoria de tan siniestra criatura. 

domingo, 9 de junio de 2019

CEMENTERIO DE PALABRAS

                                             




Me he dado un paseo por el recién creado diccionario-cementerio de las palabras (2793, exactamente) que han ido desapareciendo en las sucesivas ediciones del diccionario entre 1914 y 2014. Una experiencia melancólica, sin duda, y propicia a la meditación, como suele ser cualquier visita a los múltiples territorios de lo olvidado. Llama la atención en este recorrido que se despachen al limbo de las  palabras extintas, algunas que aún considero vivas (tiernamente, desdeñosamente -y otros adverbios formados con este sufijo- o despacito -una de las palabras más cantadas en los últimos tiempos-).

¿Cuándo muere un idioma? ¿Cuando muere la última persona que lo habla? ¿Cuándo muere una palabra? ¿Cuando muere la última persona que la utiliza o para la que aún tiene significado? Si esto es así, de este cementerio de palabras, además de palabras zombis, que yo rescataría por puro amor a los vocablos, a su capacidad de evocación desde la otra vida -transbisabuelo, derrengo, zumbilín, titilante, mollescer, desamigo, tetigonia y tantas otras- traería de nuevo a la luz estos vocablos:

-Ababa: Amapola.  
No podemos quedarnos sin este término capicúa, que hará las delicias de los amantes de los palíndromos, esforzados indagadores de los entresijos de las sílabas y que tantas dificultades encuentran para construir sus ingeniosos artefactos.

-Libredumbre: Libertad.
Formada con un sufijo en desuso (-dumbre), ya infecundo, por el que siento especial predilección en palabras como certidumbre, mansedumbre, dulcedumbre, pesadumbre... y siendo libertad  término manoseado, degradado y corrompido por uso y abuso, quizá deberíamos recobrar su nítido concepto asociándolo a esta antigua, venerable, solemne palabra: Libredumbre.

-Abogalla: Toparme con la tumba de esta palabra me ha producido un escalofrío, como si fuera la de una persona de la que tienes constancia de que aún figura en el censo de los vivos. Abogalla, que significa algo así como 'bulto que se produce en la corteza de los robles'  es palabra viva, de infancia, que en mi memoria remite a una imagen y a un significado. 

Por favor, señores académicos, esperen al menos a que yo desparezca para expedir su partida de defunción.







(Invito al amable lector a visitar este almacén de palabra descartadas en

miércoles, 5 de junio de 2019

ESPLENDOR EN EL MONTE






La retama y el majuelo regalan al paseante un estallido de flores amarillas y blancas y con ellas le viene a los ojos el esplendor  prístino y agreste de la primavera en el monte, los ritos insobornables de la vida bravía, tan distinta de la ordenada floración en los jardines.  






domingo, 2 de junio de 2019

VINCAPERVINCA



Pertinaz, como su propio nombre pleonástico; vivaz, generosa, un poco invasiva. Pródiga y austera. Así es esta planta, poco estimada por los jardineros, como todo aquello que no exige, que se entrega, que no hace ruido, que cubre imperfecciones, que es curativo.






Quede aquí constancia de su sencilla belleza violeta, engendrada en la geometría elemental -tan simbólica, tan arcana- del pentágono.