lunes, 21 de abril de 2025

EL FARERO

 

Amaba la luz más que nadie, más que a nada. La cuidaba, la mimaba, la alimentaba: sabía lo necesaria que es para no naufragar, para hacer el mundo habitable. La primera criatura, la más hermosa.

Pero aquellas dos noches comprendió que la luz —su luz— podía en ocasiones ser aliada de la Muerte y que la oscuridad, a veces, es la que nos salva.

 


Anselmo Antonio Manuel Vilar García, farero de Torre del Mar (Málaga), apagó el faro dos noches de febrero de 1937 para que los barcos y aviones que estaban masacrando salvajemente a la población civil que huía de Málaga por la costa en dirección a Almería (en un trágico episodio conocido como «La Desbandá») no pudieran orientarse en la oscuridad. De esta manera evitó muchas muertes. Cuando el ejército franquista ocupó el faro, Anselmo fue detenido, torturado y finalmente fusilado junto a las tapias del cementerio de Vélez-Málaga.

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